07-05-14 - Pieza del mes de mayo de 2014
      La Fundación Museo  de las Ferias destaca como “Pieza del Mes” de mayo una arqueta de arte namban,  inédita hasta el momento, que ha sido cedida por sus propietarios para su exposición  temporal en el Museo hasta el próximo mes de octubre.
      Dicha arqueta de  origen japonés corresponde al período Momoyama, vigente durante el  último cuarto del siglo XVI, y presenta los motivos decorativos vegetales  habituales en este tipo de obras orientales como camelias, hojas de arce,  clemátides, girasoles, campánulas y tréboles, según la técnica del lacado y  dorado sobre madera en la que, además, se incrustan pequeñas láminas de nácar. 
      De este modo,  recordamos de nuevo el importante comercio de objetos suntuarios de importación  que hubo en las ferias históricas de Medina del Campo, en este caso a través de  esta delicada arqueta que originariamente fue concebida como contenedor de  reliquias.
      
    
      La Fundación Museo de las Ferias, presenta como “Pieza del  Mes” de mayo esta pequeña arqueta rectangular, inédita y nunca expuesta hasta  ahora, que presenta su tapa superior en medio cañón, reposando sobre los  laterales en arcos de medio punto. Los herrajes de la tapa, los clavos y la  cerradura se han realizado con posterioridad, en plata en su color, para  refuerzo de la pieza tras una fractura. Habitualmente este tipo de arquetas  solían poseer una asa en la tapa con dos clavos y cerradura, pero realizadas en  cobre piqueteado. La cerradura es fiel en su forma a los modelos originales. Su  finalidad solía ser la de contener reliquias.
      Pertenece al arte “namban” consistente en la aplicación de  las técnicas artísticas japonesas a objetos de uso occidentales y especialmente  religiosos cristianos. Dentro de la técnica general de laca japonesa denominada  “urushi”, contiene otras particularidades como “makie” o decoración dorada, con  incrustaciones de nácar “raden” y decoraciones a pincel doradas sobre el nácar  al estilo “tsukegati”. Todas las caras tienen una decoración abigarrada y  profusa que se potencia con un marco que alterna dientes de sierra con nácar y  semicírculos radiales en “makie”.
      Esta decoración se divide en franjas verticales, con  separaciones de nácar, resultando el frente, tapa y parte posterior en tres  partes y dos en los costados. En las caras frontal superior e izquierda aparecen  camelias, en la franja central ramas y hojas de arce, mientras que la cara derecha  se decora con girasoles y mariposas. En el costado derecho, se combinan en la  primera parte hojas de aguinaldo y en la segunda campánulas y trébol japonés.  En el posterior, la división izquierda muestra follaje de enredadera o “kuzu”,  al centro hojas, flores y zarcillos de clemátide y en la derecha aguinaldos. Su  costado izquierdo se divide en hojas de parra a la izquierda y camelias a la  derecha.
      Cronológicamente, esta decoración manifiesta una época  anterior a 1600, porque a partir de esa fecha el arte “namban” muestra motivos  vegetales más grandes, vacíos destacados y cartuchos compartimentados. En el  Museo de las Ferias se exponen otras dos piezas de este mismo estilo “namban”:  una arqueta relicario y un atril.
      La llegada de los occidentales y en concreto de los  portugueses a Japón se produce en 1542 y la época floreciente del comercio se  vincula entre los años 1580 y 1590. A partir de 1587 se inician las  persecuciones contra los cristianos, ordenándose la destrucción de todo  elemento cristiano existente en el país, lo que incide notablemente en el  reducido número de ejemplares de estas características conservados hasta la  actualidad. El interés por estas piezas ha adquirido gran relevancia, sobre  todo a partir de la celebración durante el 2013 en España, del cuarto  centenario de la conocida como Embajada Keichó o visita del samurai Hsekura  Tsunenaga a la corte española. 
      José Manuel Casado  Paramio